jueves, 30 de julio de 2009

El Dios ...(y 2) ,de László Passuth


De esta segunda lectura fueron varios y muy distintos los pasajes que me impactaron, como, por ejemplo, todos los referidos a Moctezuma, su familia, sus dudas y reflexiones, su descripción física y vestimenta rica en atributos propios a su realeza( el color verde, la tiara de plumas de quetzal,...)..Las alusiones claras del autor, Passuth, a los orígenes de la dinastía azteca, en algún guerrero vikingo que llevaba un yelmo muy parecido a los portados por los conquistadores españoles, y como éstos era de blanca tez y con barba. Este personaje, del que descendían los miembros de la casa real dominante en el Anahuac, según contaba la leyenda, decidió volver a su mundo(hacia el Este) y prometió volver. A este respecto, todos los miembros de la familia real son descritos como más altos, de piel no tan oscura y de facciones más suaves a las de los otros indigenas americanos. Passuth pone en boca de Paplan, la hermana de Moctezuma, de quien se decía había vuelto del más allá, o sea, había resucitado, la siguiente afirmación '' Nuestros antepasados de la estirpe de Tlaloc y que llegaron a este país en tiempos remotos, con lluvias, tormentas y nieblas, rezaban solamente a un dios invisible, un dios que en nuestro idioma se llama Tezcatliploca, que significa “El más Alto”.

Otro de los pasajes que me interesó fue el relato de la masacre dirigida por Alvarado contra los danzantes que habían acudido a celebrar las fiestas de las mazorcas, y dió origen a la luego denominada “Noche Triste”, en que los españoles huyeron de Tecnochtitlán; teniendo importantes pérdidas, tanto en vidas como en el botín que se habían agenciado. Y también el que narra el final de Guatemoc. El cual pasó toda la noche anterior a su ejecución cantando. Hecho que, según cuenta el libro, ni el propio Cortés pudo olvidar. Y, por último, todas las historias y narraciones relacionadas con la señora de Tula, Muñeca de Esmeralda.
Olvidaba comentar que , según se desprende de los relatos de la novela, a la llegada de los españoles el imperio azteca ya presentaba indicios claros de decadencia. Comenzaba a desquebrajarse por las luchas internas entre los caudillos de los territorios conquistados, ante la cada vez mayor exigencia de tributos de víctimas humanas para saciar, mejor dicho, entretener el hambre insaciable de sus crueles dioses. Circunstancias que contribuyeron y facilitaron su conquista.


Por último, diré que el autor, László Passuth, era húngaro y , al parecer, amante del pasado glorioso de la España imperial,  a cuyo estudio dedicó parte de su vida y fue temática de varias de sus obras, para lo que se documentó exhaustivamente.


Disfruté mucho releyendo “El Dios de la lluvia llora sobre México”.15 de octubre de 1994

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