martes, 11 de agosto de 2009

Protágoras, de Platón


Versión comentada por García-Borrón. Esta obra me gustó mucho más que “El banquete”, intuyo que por la temática tratada, los sofistas. De los cuales, Protágoras fue uno de sus más insignes representantes. De hecho, me deleitaba más con la lectura de los discursos retóricos de este personaje que con la de las argumentaciones socráticas¡Vaya! 2 de julio de 1994
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Agosto 2009 Pienso que, actualmente, tenemos, entre la clase periodística española y política, unos cuantos discípulos aventajados de los sofistas griegos. Aunque, preciso, no en cuanto a las formas y habilidades, sino en los fines por ellos perseguidos. Transcribo a continuación explicación acerca de las características de los sofistas griegos tomada de la web e-torredebabel.com

“ En un primer momento el término sophós no tenía una connotación negativa (se puede traducir precisamente como “sabio”) y se utilizaba para designar aquella persona que tenia una cierta habilidad para la realización de una tarea, o que habla hábilmente, pero a partir de Sócrates y Platón va a adquirir la connotación negativa que llega a hasta nuestros días: sofista es quien está dotado de habilidad para los razonamientos falsos, capciosos. Los cargos más importantes que presentó Platón en contra del movimiento sofista fueron:
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ser comerciantes del saber (los sofistas cobraban grandes sumas por impartir sus enseñanzas) y no propiamente educadores;
- hacer de la razón una mera técnica para la discusión y la victoria en ésta, pero independientemente del contenido de verdad y de la moralidad de la tesis que se quiere defender;
- utilizar un método de enseñanza que permite más inculcar ideas en los oyentes que hacerles progresar en el conocimiento de las cosas: frente al uso del diálogo como método de enseñanza defendido por Sócrates y Platón (ver “mayéutica”),
- los sofistas enseñaban dando grandes y espectaculares discursos ante un auditorio pasivo;defender el escepticismo y el relativismo. (*)
Los sofistas más importantes de la primera generación fueron Protágoras, Gorgias, Pródico e Hipias, y destacan por la defensa del escepticismo y el relativismo. Los representantes más importantes de la segunda generación fueron Calicles, Antifonte, Trasímaco y Crítias; estos filósofos acentuaron aún más el papel crítico de la razón y la capacidad de ésta para la defensa de cualquier tesis. Por su parte, Trasímaco se singularizó por su defensa de la ley del más fuerte y del carácter convencional de las leyes vigentes en las ciudades.”
(*) Es decir, el todo vale. El unas veces "digo" para, inmediatamente, si conviene, decir "Diego."

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