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viernes, 29 de mayo de 2009

Odisea, de Homero

Hubiera preferido una versión literal. La que leí era una versión en verso. Según los antecedentes expuestos en el prólogo de esta edición crítica, no fue Homero su autor; probablemente hubo otro u otros creadores distintos. En la Odisea hay mucha aventura y riqueza de personajes, situaciones e, incluso, intriga. Para mí, su protagonista Odiseo, (Ulises en griego) encarna el tipo humano del hombre duro, hecho a sí mismo, ingenioso y sobretodo, muy desconfiado. No fiarse de nadie, unido a sus singulares dotes de fuerza, ingenio y dominio del arco, destreza que le identifica sobre el resto, cual carnet de identidad, le llevarán a solventar, una tras otra, las numerosas pruebas por las que el destino le arrastra hasta alcanzar el triunfo final.
El personaje de Penélope, se me desmereció. Lo considero demasiado blandengue; no tiene carácter , ni tan siquiera para decidirse por un nuevo marido. Y mientras tanto la corte de Ítaca permanece invadida por un montón de vagos y parásitos, de festín en festín, que, como es de suponer, es soportado por los súbditos del reino. (¡Poco han cambiado las cosas, desde luego, respecto a la distancia existente entre gobernantes y gobernados del mundo descrito por Homero y el nuestro, el de ahora !)Para mí la lealtad inquebrantable la representan el cabrero y también el ama, con los cuales, ambos, contará Ulises para llevar a cabo su venganza. ¡Cruel venganza y sádico escarmiento!(Pienso en el músico y en las mujeres del “harén”, allí dicen siervas del servicio, las cuales – pobres mujeres-primero limpian y luego los ejecutan).¡Vaya! (Año 1994)
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29 de mayo de 2009: Transcribo a continuación párrafo copiado de Epdp acerca de Homero y su transcendencia en el mundo de la Literatura:
“Homero es, de manera directa, el padre de toda la literatura griega posterior: el teatro, la historiografía e incluso la filosofía, llevan la huella de los temas, cómicos y trágicos, planteados en estas epopeyas, así como de las técnicas homéricas. Para los últimos poetas épicos de la literatura occidental Homero ha sido siempre el maestro indiscutible (aun cuando, como en el caso de Dante, no conocieran sus obras directamente). Pero curiosamente, para sus más notables seguidores, la obra de Homero fue tanto modelo como objetivo. Así por ejemplo, la Eneida de Virgilio viene a refutar el sistema individualista de valores de la épica homérica; y en las escenas más homéricas de El paraíso perdido, del poeta inglés John Milton, las estrofas que describen la batalla en el cielo, son esencialmente cómicas. En lo que respecta a la novela, Don Quijote de La Mancha (1605), de Miguel de Cervantes, o Ulises (1922) del irlandés James Joyce, cuanto más homéricas son más tienden a la parodia y la burla de la épica. Lo cierto es que desde los tiempos de Homero, ningún autor ha logrado reunir su genio épico y su erudición. © eMe”

jueves, 28 de mayo de 2009

Ilíada, de Homero

No me atrevo a calificarla como segunda lectura, pero la Ilíada es una obra muy conocida por mí, ya que junto con“La Eneida”, de Virgilio, en las asignaturas de Griego y Latín,respectivamente, fueron las dos obras clásicas estudiadas en Pre-universitario; hace ya muchos, muchísimos, años.

¡Canta, oh Diosa, la cólera del pélida Aquiles... !; así se inicia la obra. La versión por mí leída, es una edición de bolsillo y traducción literal del poema épico. Me gusta- o más bien diré, me gustaba - ese estilo cargado de epítetos y pormenores genealógicos con los cuales es descrita la última etapa de la Guerra de Troya, desde que Aquiles, muy enfadado con Agamenón porque le quitó su esclava Briseida, decidió retirarse del combate. Y termina con la muerte de Héctor, el insigne caudillo troyano, con cuyas honras fúnebres, rendidas por Troya a su héroe máximo, acaba el inmortal poema.

En esta  última lectura de la Ilíada, el pasaje que más me impactó fue la narración de la visita de Príamo , rey de los troyanos, a las tiendas aqueas(griegas), desafiando toda clase de peligros, para echarse a los pies del asesino cruel de su hijo; ante el cual , humillándose, le suplica le dé el cadáver y le permita darle las debidas honras fúnebres.( Año 1994)
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28 de enero de 2009 Pienso que mi comentario de este clásico de la Literatura Universal fue muy simple. Nada digo acerca de los sentimientos ni de las grandes pasiones humanas allí expresados de modo tan sonoro y bello.¡Cuán hermosa manera de describir: ira, lujuria,adulterio,codicia, crímenes y otros vicios o desenfrenos propios de la condición humana ! Allí enaltecidos por ser también atributos y acciones de las deidades;¡ tan míseras, pobrecitas, como nosotros los  mortales!

Creo que de realizar una nueva lectura a este poema homérico, en mi comentario no faltarían las alusiones a los verdaderos móviles de la cruenta y larga guerra habida entre aquellos pueblos antiguos, que, sin duda, fueron económicos. Así lo leí, hace poco, en una revista de temas históricos. Los vecinos griegos se aliaron para destruir al que hasta entonces se iba llevando los pingües ingresos derivados del comercio que su privilegiada localización le permitían. Me pregunto cómo cantaría un rapsoda moderno el conflicto , por ejemplo, entre palestinos y judíos, en Oriente Medio, o la Guerra de Irak.¿Cómo podría disfrazar a la par de embellecer las iniquidades varias que de uno y otro bando se hacen, para enaltecerlas ante posteriores y mundiales lectores? ¡Ardua tarea!