Esta obra de Arnold J.
Toynbee figuraba en la bibliografía
del libro de J. Mallas “Misterios de las civilizaciones muertas”. Es un libro
pequeño en el que se extracta el pensamiento del historiador inglés Toynbee. No obstante su brevedad en hojas, es un libro denso en contenidos. Tuve que releer muchos de sus
pasajes. Creo, en síntesis, que es un libro anti militarista. Utiliza distintas
épocas, lugares y personajes históricos como ejemplos para explicar sus teorías.
En
la introducción leí una afirmación que me impactó, porque según Toynbee, la religión y el
nacionalismo son las dos causas principales que promueven los conflictos entre los seres humanos. La primera fue durante
mucho tiempo causa de todas las guerras hasta que los nacionalismos la
relevaron. Toynbee augura malas perspectivas para Occidente si los nacionalismos
no son superados. 18 de diciembre de
1994
28 diciembre de 2011:
Recomiendo
la lectura íntegra de la biografía de Arnold J.Toynbee, publicada en biografiasyvidas.com,
de la que, a continuación, extracto
algunos de los párrafos, para mí, más significativos:
“(Arnold Joseph Toynbee; Londres, 1889 - York,
1975) Filósofo e historiador británico, considerado como uno de los más
importantes filósofos de la historia, fama lograda gracias a sus 12 volúmenes
de A study of History (Estudio de la Historia, 1934-1961).”
“Hasta su jubilación académica (en 1955),
desempeñó el cargo de Profesor Investigador de Historia Internacional en la
Universidad de Londres. La última parte de su vida la dedicó a viajar y a dar
conferencias por todo el mundo, principalmente en Estados Unidos.”
“(..) paralela a su carrera académica, Toynbee
desempeñó diversos cargos en la política británica, en especial relacionados
con las relaciones internacionales. El primero de ellos, en 1915, fue el de
funcionario del departamento de Inteligencia del Ministerio de Asuntos
Exteriores. En 1919 fue uno de los legados de Gran Bretaña en la Paz de
Versalles, que únicamente sirvió para encender la espoleta de la Segunda Guerra
Mundial y que influyó notablemente en la percepción de la Historia de Toynbee,
tal como se vislumbra en la obra publicada a raíz de esa legación: El mundo
tras la conferencia de paz (1925).
(…), la
civilización, y no los estados, naciones o etnias, era el fundamento
inteligible mínimo de la sociedad humana. Además, estableció la interacción entre reto y respuesta como la base de una
civilización, una explicación científica por encima de razas, sociedades y
otros conceptos deterministas. En su investigación describió el auge y la
caída de 26 civilizaciones a través del curso de la Historia, y observó que en todas ellas el origen se
situaba en una respuesta ofrecida por la población en conjunto, dirigida por
una minoría elitista con capacidad creativa, para superar el reto natural o
social a que esa población estaba sometida.(…) no negaba la importancia al
factor determinista (clima, geografía, biología), pero defendía que el mayor
mérito se hallaba en la respuesta de la sociedad, en la capacidad de la
colectividad para modificar el curso de los acontecimientos.
(…)La
capacidad de renovación, de emitir nuevas respuestas creativas a los retos con
que se va enfrentando una sociedad, es la clave de la evolución histórica.
(…)
Toynbee también estipulaba, lógicamente, el ocaso de una civilización, que se
producía cuando la elite dirigente
cerraba la puerta a la creatividad de otros grupos, convirtiéndose en una
tiranía despótica, al abrigar en su seno los más graves pecados destructores de
la civilización: el militarismo y el nacionalismo. Ante ello, Toynbee apelaba al factor espiritual como
el necesario fertilizante de la civilización. Esgrimiendo como ejemplo la civilización occidental, su fuerza de
cohesión habría sido el cristianismo, factor de unidad social ante la fuerza
disgregadora de militarismo y, sobre todo, nacionalismo. Obviamente, esta
última visión es la que más férreas críticas al sistema de Toynbee ha recibido."
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