El esplendor de los Ambersons, según el título en inglés(The Manificent Ambersons) del escritor estadounidense, Booth Tarkington, premio Pulitzer 1919. Libro ameno. Lo compré nuevo, sin estrenar , en una librería de ocasión el pasado 23 de abril , Día del Libro, por sólo cien pesetas .
El protagonista indiscutible de la obra es Georgie Ambersons, tercera generación, es decir, hijo y nieto único de una potentada familia norteamericana. Como suele darse en estos casos, “Jorgito” era un malcriado prepotente que desde sus más tiernos años hizo gala manifiesta de sus graves defectos. Estaba convencido de que su familia y él eran superiores al resto de mortales y esta superioridad les era innata. No había que ganársela; ellos por gracia natural estaban por encima de los demás. Así las cosas, fue un “enfant terrible”, odiado por los vecinos de la por aquel entonces pequeña población; pésimo estudiante; expulsado del colegio de élite al que asistía, así como otra serie de características y hechos más bien odiosos y petulantes. Pero, como el mundo es redondo, la magnificencia de los Ambersons tocó a su fin y Jorgito se quedó solito y sin bienes.
El libro fracamente me gustó y ello se debió a la preciosa historia de amor imposible descrita entre la madre de Georgi, Isabel , y un ex-enamorado, padre de la muchacha de quien se enamora el pelutante heredero. La obcecación y el egoísmo del mismo inducen a la separación, por segunda vez y definitiva, de los enamorados. Separación cruel y dolorosa producto de la intransigencia más contumaz. Esta actitud , imagino, es la que se tuvo en cuenta a la hora de titular el libro en su versión castellana, “El cuarto mandamiento” u “honrar padre y madre”, indudablemente cosa que no hizo Georgi. El libro tiene una versión cinematográfica.10 de julio de 1998