La lectura de este libro me impresionó profundamente. Cuando lo leía desconocía que Thomas Mann se había basado en lo fundamental en la figura y vida del carismático filósofo alemán Friederich Nietzsche; es decir, su singularidad, patologías, ambiente familiar, estudios y sus vicios y virtudes, fueron recogidos en la figura del protagonista Adrian Leverkün.
Thomas Mann utiliza el personaje de Severus Zeitblom, amigo de la infancia de Adrian, para relatar los hechos y también las anécdotas más intimas del protagonista, y, asimismo, dar una visión retrospectiva y crítica, no sólo de Leverkün, sino de la sociedad alemana de entre guerras y en concreto del régimen nazi. Pienso que quizás en Severus esté personificado el propio Mann.
Libro denso, muy denso, lleno de reflexiones sobre ética, Dios, música, conocimiento, psicología y la naturaleza del ser humano. 30 de noviembre de 1977.
No hay comentarios:
Publicar un comentario