Emiliano Zapata se contrapone al gran centauro del Norte, es decir, el también mítico Pancho Villa; de quien, con propiedad, se puede decir que fue personaje de leyenda, ya que muchos aspectos de su biografía, de sus hechos y circunstancias no están suficientemente aclarados. Fue una personalidad contradictoria, de marcado dualismo. Pertenecía a los estratos sociales más bajos. Físicamente, según leí, un hombracho de fiera mirada. Analfabeto. Cruel y pendenciero. Mujeriego empedernido. Maderista acérrimo. Su lealtad y agradecimiento a aquel personaje le indujo a sus primeras acciones propiamente revolucionarias. Realizó verdaderas hazañas bélicas. No tuvo el idealismo de Zapata. Fue, en resumen, un implacable batallador. Murió emboscado, años después de haberse apartado de la vida política, de manera bastante absurda e inexplicable, dada su natural desconfianza.
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