La figura del Libertador ha sido trazada con severidad por Madariaga. Frialdad y desmedida ambición personal de poder, de inteligencia superior , como lo demuestran sus cartas y escritos. Enamoradizo empedernido, cualidad que le llevó en alguna ocasión a situaciones difíciles. Entre sus historias amorosas célebres destacó la que mantuvo con la ecuatoriana Manuela Saez, mujer casada, cuyo amor y fidelidad al General fueron notorios , tanto como el arrojo y decisión mostrados por ella y a los cuales son atribuibles la salvación de Bolívar cuando, auspiciado por Santander o por los pro santanderistas, se urdió una emboscada de la que, semi desnudo y con las botas de Manuela, pudo, milagrosamente, escapar.
Otras de las características personales de Bolívar destacadas por el autor fueron su afición al baile y también que se ponía “litros de colonia”. (Para Madariaga estas dos aficiones son prueba de la ascendencia africana del Libertador) (¡¿?!)
En resumen, el Libertador, ese gran héroe - según he creído entender tras la lectura de los textos de Madariaga, fue un megalómano que llegó incluso a pretender ser declarado presidente- rey vitalicio de la Gran Colombia. Pretensión, a mi entender, en franco contraste con el hecho de que él, Simón Bolívar, había sido el gran promotor de la liberación de buena parte de los territorios suramericanos de la opresión de la Corona Española. 19 de abril de 1997.
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