lunes, 16 de marzo de 2009

El perro de los Baskerville, Sir Arthur Conan Doyle

Se trata de una de las “ aventuras” de Sherlock Holmes. Ha sido una sorpresa para mí, porque desconocía que Sir Arthur Conan Doyle fuera el creador del famoso personaje. En la introducción se comenta que el autor dedicó a este caso del detective británico una novela completa ; circunstancia inusual, ya que los otros casos los desarrolló mediante narraciones cortas. El libro se lee con interés y te comunica, o mejor dicho, te logra despertar los deseos de relacionar detalles y cabos sueltos que te permitan deducir al culpable antes que el final de la trama desvele al “malo”.

Como ya dije, cuando seleccioné el libro, desconocía que me encontraba ante un caso de Holmes y, por tanto, ante una novela detectivesca o policíaca. Hasta ahora, pocas, poquísimas obras de este género he leído. No me defraudó, todo lo contrario. Independientemente de la intriga, que te va apasionando, esta novela tiene el interés de la descripción del paraje en donde se desarrolla la trama argumental. Particularmente, disfruté imaginando los escondrijos y zonas pantanosas del páramo descrito. También hay riqueza y variedad en las circunstancias que rodean y motivan las actitudes de los personajes protagonistas. En resumen, al final, una vez resuelto el caso, todavía conservas el interés por sus personajes. 29 de agosto de 1995.
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16 de marzo de 2009. Me gustaría volver a leer este libro, “El perro(sabueso, o también para algunos mastín) de los Baskerville. Los datos biográficos de su autor, Doyle, las características asignadas al personaje Sherlock Holmes, unido al olvido de la trama argumental de esta obra, me motivan a ello. Reproduzco párrafo publicado en Wikipedia describiendo a S. Holmes:
“Sherlock Holmes es un detective privado alto, delgado, frío, irónico, ingenioso e intelectualmente inquieto. En ocasiones resulta un tanto brusco, pero es cortés con las mujeres a pesar de que desconfía de ellas.''
“No es muy ordenado en la rutina cotidiana, es muy habilidoso disfrazándose, fuma en pipa, le gustan las galletas, toca el
violín (un Stradivarius, y a menudo a horas poco adecuadas) con maestría, es un experto apicultor, excelente boxeador, tiene un gran conocimiento científico, en especial en química, y, cuando se aburre por falta de los retos intelectuales que suponen sus casos, consume cocaína en una solución al 7% (esto sólo se menciona en el libro El signo de los cuatro, publicada en 1890), la cual deja gracias a la insistencia de Watson, con quien vive hasta finales del siglo XIX en el número 221B de Baker Street, en Londres. Su biógrafo, el Dr. Watson, enumera y analiza la profundidad de sus conocimientos en "Estudio en escarlata".

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