“La madre”, es una novela de la famosa escritora Pearl S. Buck, Círculo de Lectores, 1964. Una historia sencilla sobre un personaje también, aparentemente, sencillo: una humilde y simple campesina china de una aldea perdida, en la que todos están unidos por lazos familiares. No obstante, este personaje es, a mi entender, un tipo universal, trasladable a cualquier lugar del planeta: la de la mujer sin instrucción, casada y con hijos, centrada exclusivamente en la satisfacción de las necesidades de los suyos. Necesidades básicas : el techo y la comida.
Tipo de mujer fuertemente condicionado por su papel en el ciclo vital del grupo humano al que pertenece, con roles específicos a su condición y género, y,que, usualmente, se traducen en niña sin niñez, con el matrimonio como destino único y superior para cuidado del hogar, marido, hijos, ancianos y enfermos. Y, finalmente, una vejez de actitud intransigente y algo mezquina, fruto de una vida de trabajo duro, plena de insatisfacción personal y de frustración de sus ilusiones. 21 de abril de 2002.
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Entonces, en el 2002, no sé cómo olvidé hablar sobre un personaje de esta novela que me impresionó mucho: la suegra de la protagonista. Una anciana intransigente y nada agradecida con su nuera, por quien no muestra consideración alguna. A pesar de ser esta mujer quien la cuida, atiende, vela por el cumplimiento de sus deseos y le oculta las deslealtades de su hijo para con toda la familia; es decir, con su propia madre, con ella, su esposa y con sus hijos, niños pequeños, que ha abandonado y dejado -conscientemente – a los arbitrios de un futuro de negro color. Creo que es el personaje más logrado de toda la novela; el que la escritora ha sabido pintar con más rigor. Y al que luego, la protagonista, en su ancianidad, repetirá con sus actitudes sesgadas e intransigencias.
Otro de los aspectos que también obvié comentar es la expresión del sentimiento de culpabilidad y remordimientos que suele acompañar por el resto de su vida a una madre que intencionadamente aborta un hijo.
Tipo de mujer fuertemente condicionado por su papel en el ciclo vital del grupo humano al que pertenece, con roles específicos a su condición y género, y,que, usualmente, se traducen en niña sin niñez, con el matrimonio como destino único y superior para cuidado del hogar, marido, hijos, ancianos y enfermos. Y, finalmente, una vejez de actitud intransigente y algo mezquina, fruto de una vida de trabajo duro, plena de insatisfacción personal y de frustración de sus ilusiones. 21 de abril de 2002.
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Entonces, en el 2002, no sé cómo olvidé hablar sobre un personaje de esta novela que me impresionó mucho: la suegra de la protagonista. Una anciana intransigente y nada agradecida con su nuera, por quien no muestra consideración alguna. A pesar de ser esta mujer quien la cuida, atiende, vela por el cumplimiento de sus deseos y le oculta las deslealtades de su hijo para con toda la familia; es decir, con su propia madre, con ella, su esposa y con sus hijos, niños pequeños, que ha abandonado y dejado -conscientemente – a los arbitrios de un futuro de negro color. Creo que es el personaje más logrado de toda la novela; el que la escritora ha sabido pintar con más rigor. Y al que luego, la protagonista, en su ancianidad, repetirá con sus actitudes sesgadas e intransigencias.
Otro de los aspectos que también obvié comentar es la expresión del sentimiento de culpabilidad y remordimientos que suele acompañar por el resto de su vida a una madre que intencionadamente aborta un hijo.
Pearl S.Buck recibió el Nobel de Literatura, de 1938
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