A través de Esteban, ser aparentemente mediocre y pusilánime que se ve arrastrado por la fortísima personalidad de Hugues, se desarrolla la trama argumental. Cuando Víctor Hugues irrumpe, cual torrente de agua, en la vida de los jóvenes huérfanos cubanos, Esteban es un adolescente, enfermizo y todavía no desarrollado. Sin embargo, todas las ideas y principios transmitidos por el impetuoso francés, ideas y principios de tal envergadura que darían comienzo a una nueva época en la historia de la Humanidad, calaron hondamente y echaron profundas raíces en el muchacho . Hecho que contrasta con los cambios, acomodación e incluso desprecio y la negación de los mismos que hizo V. Huges, hombre hecho y derecho, según va involucrándose en las tramas del poder personal. Esteban es - eso sí -un observador pasivo; termina defraudado, desengañado y también, temeroso del otrora”amigo” e “ídolo”.
No puedo olvidar hacer constar que, desde el primer momento, el instrumento de persuasión, es decir, el argumento de convicción(¡valga la expresión!) para la implantación de las nuevas ideas en el Nuevo Mundo, fue la guillotina. Primero, represiva y al final, instrumento vil para la aplicación de un poder personal, injusto y desmesurado.
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