Alejo Carpintier |
La segunda fue relativamente reciente, año 1993. En esa ocasión lo que más me impresionó fue la evolución experimentada por Víctor Huges, el cual va acomodándose, es decir, ajustando sus argumentos, modos y actos al exclusivo fin de mantenerse en el poder para beneficio y cosecha propios. Del idealista “práctico” pasa, progresivamente, al oportunista vil, que, sin reparos ni prejuicio alguno, sólo busca enriquecerse; o seguir aumentando sus riquezas, en un “todo vale”, incluida la comercialización y explotación de sus congéneres. Tras esa segunda lectura supe que Huges no era un personaje de ficción, sino histórico.
Esta última lectura añadió aspectos antes obviados, el más destacable, la
figura de Esteban(*),para mí hasta ahora, personaje insignificante. Alejo
Carpentier, sin embargo, lo utiliza como eje conductor de la historia, y,
también, a través de sus pensamientos y reflexiones, mostrar las sucesivas metamorfosis de Huges, en
consonancia a los cambios sociales y económicos transcendentales habidos en
aquellos tiempos. (Sigue)
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(*) El personaje de Esteban, un intelectual que escribe lo que un poderoso le
ordena, me recuerda, según denominación de León Uris, al “escritor
prostituido”. Como es una cuestión que ya he comentado, detallo a continuación algunos
de aquellos comentarios míos sobre el tema:
http://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/dolo-cado-septiembre-2006.html
http://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/dolo-cado-septiembre-2006.html
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