Hay dos episodios que me impresionaron , si bien por razones muy distintas. Uno, la narración del asesinato de la vieja usurera y de su infeliz hermana, y la reacción posterior de Rodion Raskolnikow, autor de los mismos, y protagonista indiscutible de esta obra. Un horrendo asesinato premeditado con la finalidad de robar. Aunque, según pienso, la principal causa inconsciente del joven fuera acabar con un sistema injusto, del cual la vieja era digna representación. Acción injustificable ante la sociedad y menos aun para su madre y hermana, creyentes y piadosas mujeres. Para quienes asimilar, que no juzgar la actitud del hijo y hermano resultaba particularmente difícil y penosa . Circunstancias plasmadas magistralmente por Dostoievski.
En cuanto al otro pasaje que me impactó fue el relativo al relato de los “funerales” que Katerina, la madrastra de Sonia, a pesar de su penuria económica organiza en honor de la memoria de su marido, el pobre borracho culpable en buena parte de su triste y mísera condición actual. ¡Resulta realmente sarcástico e impacta el final trágico de este capítulo!
Libro profundo pero que sólo recomendaría para épocas y estado de ánimos alegres. 11 de noviembre de 1995
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