Novela corta, muy corta, que se lee en un día o poco más. Narra – no con demasiada claridad, según creo - la vida, o más bien, cómo transcurren las tardes de una joven señora de clase pudiente, de una población costera, cuya única actividad, al parecer, es acompañar a su pequeño hijo, precioso y rubio como ella, a unas odiosas clases particulares de piano.
El asesinato de una mujer por su compañero sentimental- tal como ahora está en boga decir- en un bar cercano a la casa de la profesora de piano, da lugar a la extraña relación que se inicia entre esta señora”desocupada” y un”desheredado” que el día de autos, entra en el establecimiento, ejerciendo a partir de entonces sobre aquélla, una fortísima influencia.Esta relación para mí no tiene coherencia.
En resumen, el único libro leído de Marguerite Duras no me gustó nada. Nada y nada.2 de enero de 2001
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